Turismo Público: Un modelo obsoleto y la necesidad de un cambio

Hoy, después de un fin de semana donde las contradicciones del turismo parecen han salido a la palestra de los medios de comunicación, nos permitimos reproducir un artículo de nuestro CO, Joan Gou y que merece ser leído con detenimiento. Esperemos sirva para empezar o recuperar nuevos debates, que ustedes lo disfruten:

Estos días, la clase política anda inmersa en la preparación de los programas para las campañas a dos niveles, autonómicos y municipales. Son muchas las tentaciones, sabiendo que muchos dan palos de ciego y deciden consultar a personajes a quienes llaman expertos acerca de qué debería hacerse. Sin ser experto, debo reconocer que alguna formación municipal me ha consultado acerca de cómo se deberían enfocar aspectos como la desestacionalización, promoción, comercialización, mejoras en la calidad y rentabilidad.

Es evidente que quienes me conocen saben con certeza que diré lo que realmente pienso, independientemente de que favorezca o perjudique al sector (en este caso, creo que no me ganaré demasiadas simpatías, si es que aún gozaba de alguna). Una observación previa: parten de la base de que el Turismo es de su absoluta responsabilidad.

Ante estas demandas, se imponía un mínimo análisis para poder, al menos, responder desde la honestidad, independientemente de que al final decidan aplicar «sus» políticas. El sector público, en lo relativo al turismo, viene aplicando desde los años cincuenta un modelo que aún hoy sigue vigente. Lleva el peso de la promoción de la industria, con cargo a los presupuestos del Estado. Los distintos lobbies sectoriales siempre han empujado en esta dirección, ya sea por comodidad, falta de imaginación o abuso, además del ahorro que comporta saber que los costes de promoción serán bajos o nulos para algunas empresas.

La mayoría de las demandas de los candidatos se centraban en hacia dónde deberían canalizar la promoción (siguen pensando que el modelo es válido e inamovible): mercados, ferias, eventos, presentaciones, folletos, catálogos, redes sociales, y póngame dos onzas de 2.0.

Desde este instante, mi discurso varía radicalmente y planteo una pregunta muy concreta: ¿Para quiénes trabajan las instituciones «responsables» de turismo (autonómicas, municipales y provinciales)? Haré la pregunta más directa: ¿Quién es el cliente? Las respuestas unánimes son evidentes: para las empresas del sector, para el municipio, para la comunidad. Creen que es una respuesta acertada, hasta que mi afirmación rotunda produce cambios en sus miradas. El cliente es el turista, nadie más.

En mi conclusión, afirmo contundentemente que no deberíamos seguir con este modelo, extremadamente caro para las administraciones y de muy dudoso retorno. La propuesta es que estas (agencias de turismo autonómicas y las oficinas municipales) deberían abandonar el aspecto lúdico del plan de marketing y orientar sus esfuerzos en posicionarse del lado del cliente/usuario, convirtiéndose en la figura del defensor del cliente. Solo así se ganaría en credibilidad, atendiéndoles en los destinos, verificando el producto o servicio (ellos regulan la actividad, pero jamás la verifican aunque gasten sumas ingentes en promocionarlo). Deberían poder garantizar a los clientes que sus destinos reúnen la calidad esperada tanto pública como privada (hoy no están en condiciones de hacerlo).

La promoción del País (el «todo bajo el sol»), creo que sí debería seguir bajo la tutela de la institución o entidad que dependa del gobierno de la nación, pero ni un euro más de lo necesario. La promoción de producto/servicio ha de ser exclusivamente soportada por la industria.

Con este cambio en la estrategia, se gana en eficacia y eficiencia de los recursos públicos (yo la antipatía del personal). Evidentemente, esto solo es un breve esbozo para abrir la reflexión y que los verdaderos expertos profundicen en el planteamiento. No deberíamos seguir admitiendo afirmaciones tales como «que la sociedad está cambiando a ritmos vertiginosos», mientras sigamos aplicando modelos obsoletos.

Una reflexión para complementar lo anterior: imaginemos por un momento que este análisis se efectúa por un país competidor, en un simple análisis de posicionamiento de un plan de marketing. En minutos dejaríamos de ser competitivos, esto antes ya había ocurrido; ante la presión empresarial se resolvía devaluando la divisa. Hoy, ante esta imposibilidad en un entorno euro, los precios siguen en caída libre (algunos factores causantes se encuentran en el nulo control de la distribución, y cuando se consigue los costes son excesivos) con explicaciones muy faltas de rigor y ante la incapacidad, se cae hacia el desprecio hacia nuestros competidores.

El planteamiento está en vuestros monitores, trabajémoslo y veamos si al final las conclusiones son similares, parecidas o unánimes.

Un saludo muy cordial desde la Costa Brava.

Lloret de Mar, Martes, 3 de mayo de 2011

Texto extraído del Blog de Joan Gou (http://receptivocostabrava.blogspot.com/2011/05/turismo-publico.html?m=1)

Foto Imagen de rawpixel.com en Freepik

Abstract ; El modelo actual de turismo público, basado en la promoción genérica, está desactualizado y es ineficaz. Se propone un nuevo modelo centrado en el cliente, con las agencias de turismo actuando como defensoras del cliente y garantizando la calidad de la oferta turística.

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