¡Esta frase la he escuchado en tantos territorios…!
Es una afirmación que indica muchas cosas, una, que tenemos muchos recursos y en esto todo el mundo está de acuerdo y, por otro lado, está la amargura de la impotencia de no saber por qué no se alcanzan los objetivos adecuados a nuestras posibilidades. ¿Siempre me he preguntado y por qué no nos lo creemos? ¿Qué nos hace falta para actuar y hacer lo que convenga, para lograr lo que todos intuimos, pero no vemos claro? ¿Es necesario valor? ¿Es necesario un poco de Inconsciencia? ¿Es necesario recurso? ¿Es necesario liderazgo?
Durante estos últimos días he escuchado y he leído voces reputadas que me obligan hoy a reflexionar, espero que genere debate.
Todos vemos como nuestro destino estrella, nuestra enseña turística, Barcelona da señales de saturación, es para muchos preocupantes y más cuando se sabe que es un destino que correr el peligro de morir de éxito, seguro que si fuera así, nos maldeciríamos durante muchas décadas si dejáramos que esto ocurriera.
La Alcaldesa Colau insiste en que debe repensarse el modelo turístico de la ciudad, no seré yo quien lo ponga en duda, al contrario, pero sé que me sumo a las voces que insisten en que ningún modelo turístico es viable sin tener un modelo de ciudad y un modelo que piense en cómo centrifugar esta demanda turística al resto del territorio. Solo hace falta estar en el andén de Plaça Catalunya a las 11.00 de la mañana, un día de verano y ver cuántos turistas bajan del Maresme para descubrir la ciudad o ver cuál ha sido la reacción de algunos municipios vecinos al saber que se hacía una moratoria hotelera en Barcelona, para comprender que quizá el modelo turístico de Barcelona no sea resoluble sin resolver el modelo turístico de país. No es de extrañar, pues, que el President Mas, durante la entrega de los premios de enoturismo de este año, dijera que este turismo es prioritario para nuestro país.
Sé que mucha gente tiene miedo, nadie quiere ver agredido ni el paisaje ni las costumbres por un turismo que supuestamente les parece puede ser invasivo, como está ocurriendo en estos momentos en nuestra idealizada Napa Valley. Probablemente, muchos no quieren acoger a “desconocidos” en su casa, otros no quieren tener que trabajar en festivos y menos cuando han estado toda la semana en el campo o fuera de casa vendiendo vinos. Otros quizá encuentran más glamuroso y atractivo tener que hacer una cata en Nueva York que en la cosmopolita Barcelona o peor aún en su propia bodega. Todo es legítimo, pero debemos ser conscientes de que necesitamos soluciones y para todo deberíamos tenerlas y más si sabemos que nos jugamos mucho, yo creo que muchísimo.
El gasto turístico siempre ha sido un motor de desarrollo territorial, el turismo es sin duda la industria del futuro, y esto es imparable. Todos los estudios, la razón y el sentido común dan razones de peso para saber que debemos prepararnos, nos guste o no para una industria que tendrá crecimientos sustanciales y seguramente sustanciosos, tanto cuantitativa como cualitativamente durante los próximos años. Debemos ser plenamente conscientes para prepararnos y afrontarlos de la mejor forma posible.
Ante una realidad tan cruda, creo firmemente que ha llegado el momento de tomar decisiones, y la más importante es saber qué queremos ser, cuál es el posicionamiento que queremos tener frente a los futuros consumidores. Dudo de que en la Costa Azul les incomode el turismo de lujo que les visita anualmente. Ellos decidieron que querían ser y hoy son la envidia de muchos. ¿Quizás es el turismo más sostenible de los que se hacen y se deshacen? En Toscana, también parece que decidieron cambiar y lo están consiguiendo. ¿Necesitamos voluntad? ¿Nos hace falta creer nos lo?
¿Tenemos plena capacidad para hacerlo, entonces porque no lo hacemos? ¿Acaso no conocemos los objetivos? Cuando los objetivos son claros, no hay nada que nos dé miedo. Nos generará incertidumbres, inquietudes, pero no parece que pueda detenerse cuando observas que tanta gente los apoya. Por lo tanto. ¿Es posible que sea una cuestión de diálogo? ¿Es posible que sea necesario explicar el proyecto? ¿Es posible que falte liderazgo?.
Cuando trabajé como asesor en el proyecto de enoturismo de la Agencia Catalana de Turismo nada me quedó más claro que lo que necesitábamos era hacer un proyecto firme, estimulante, un proyecto que buscara la suma de todos aquellos que realmente apostaran y se comprometieran en el objetivo común. Como dicen los expertos, el turismo es un asunto de democracia, es necesario que la practiquemos duro si no queremos dejar pasar una oportunidad única y quizás irrepetible. Nuestra posición en el mercado es inmejorable, pero el auténtico reto es no perderla. Nada es inmutable ni perenne y menos en los momentos en que vivimos donde el pez más rápido se come al más lento.
Necesitamos poner el pescado en la cesta de una vez. Necesitamos menos teoría y más actuaciones. Por eso muchas veces me pregunto, ¿a qué esperamos? Ahora es la hora. Los números, las críticas sobre el destino, las tendencias. Todo nos sopla a favor. Las decisiones estratégicas es mejor tomarlas cuando todo va bien; después, en tiempos tormentosos, es complicado dar giros significativos a las naves.
Quienes apostamos por el turismo gastronómico, ya sea del vino, de la comida o del aceite, creo que nos está yendo bien o muy bien, de hecho los que hemos sido pioneros vemos cómo cada día son más los que apuestan por este turismo tan experiencial. Pero muchos creemos que sigue faltando demasiada crítica que lo haga aún más atractivo. Basta con ver lo plano que es el gráfico del “Google Trends” cuando preguntamos por la tendencia de la palabra Enoturismo… es como un bofetón al entendimiento.
¿Dónde están los empresarios que quieran apostar por un nuevo negocio y con proyección de futuro? Todo el mundo habla de la economía colaborativa, ¿por qué la restringimos a modelos de microempresarios o autónomos cuando la verdadera economía colaborativa es la que genera la unión de empresas, ya sean públicas o privadas?
Cataluña ha sido siempre modelo del cooperativismo, ¿acaso es un momento para que el cooperativismo sea entre empresas? No siempre podemos esperar que el maná caiga del cielo, es necesaria la iniciativa privada que haga tangible esta propuesta de valor ante el consumidor y las administraciones deben tomar parte, pero no deben ser las que adquieran todo el protagonismo. Los ciudadanos, los individuos, las empresas tenemos mucho que decir y mucho que hacer.
De nosotros depende de nadie más.
Sé que la mayoría de las empresas que nos dedicamos al turismo del vino y la gastronomía somos pequeñas, por eso tiene más sentido que juntemos fuerzas y esfuerzos, para ser más creíbles, más sólidos, más valientes. No lo olvidemos, los consumidores compran soluciones, no quieren productos. Los turistas quieren productos fáciles. Y entre todos, juntando talentos podemos ponérselo muy fácil.
Uno de mis profesores en el IESE me dejó claro que para hacer buenos negocios era necesario buscar relaciones no solo comerciales sino matrimoniales, porque en un matrimonio hay:
- Respeto
- Interés Mutuo
- Atracción
- Cumplidos
- Comunicación
- Convivencia
- Proyectos Comunes
- Beneficios Mutuos
Todo esto es lo que necesitamos, ¡nada más! Pero los matrimonios parece que no están de moda, ¿ni tan siquiera en el mundo empresarial?
Siempre he creído firmemente en esta frase que decía Apuleyo, “uno a uno somos mortales, juntos seremos eternos”.
Realmente. ¿Tan difícil es creerlo?
Este artículo fue publicado en Catalán en la publicación digital “La Conca 5.1” el día 25 de octubre del 2015, (https://www.laconca51.cat/ens-falta-creurens-ho/) ¡Ocho años! Creo que aún podemos debatir sobre él. Releyendo me ha sorprendido su vigencia y más ahora que hemos empezado un nuevo camino decidido a ayudar y cooperar.
Esperamos encontrar esos empresarios audaces que crean que el turismo puede reforzar sus marcas y hacerlas sustentables y sostenibles. Nosotros pondremos todo nuestro talento en favor de sus propósitos y ofreceremos nuestro acompañamiento para conseguirlos.
Aquí estamos, para COperar, COcrear, aCOmpañar,COproducir, COlaborar, COnvivir,COliderar,COdirigir,COeducar, crear COmunidad