La excelencia como dirección
En los años 50, Theodore Sturgeon, escritor de ciencia ficción, se enfrentó a una crítica recurrente: «El 90% de la ciencia ficción es basura». Harto de esta afirmación, durante una conferencia respondió: «El 90% de todo es basura».
Lo que comenzó como una defensa apasionada de su género se transformó en una de las observaciones más reveladoras sobre cualquier ámbito de la vida. La verdad incómoda es que la mediocridad no es la excepción; es la norma. Pero lejos de ser una excusa, esta realidad subraya una oportunidad: en un mundo donde el promedio domina, la excelencia es una distinción invaluable.
La paradoja de la mediocridad
¿Por qué es tan difícil sobresalir? Porque la excelencia no es accidental. Es el resultado de una combinación excepcional de factores: visión clara, ejecución impecable, timing preciso y, en muchos casos, una pizca de suerte.
Sin un esfuerzo constante y decidido, cualquier sistema —desde un destino turístico hasta una experiencia gastronómica— tiende al desorden, a lo genérico, a lo mediocre. Sin embargo, esta misma abundancia de mediocridad es lo que hace que los esfuerzos extraordinarios destaquen. Si todo fuera sobresaliente, nada lo sería.
La excelencia como hábito
En Colmenero&Co creemos que la excelencia no es un destino final, sino un camino. La búsqueda de la distinción no se logra con gestos dramáticos, sino con miles de microdecisiones tomadas día a día:
- Elegir la calidad sobre la conveniencia.
- Apostar por el largo plazo en lugar de soluciones inmediatas.
- Cuestionar lo establecido para abrir puertas a la innovación.
Esta filosofía la llevamos al diseño de experiencias turísticas que regeneran territorios. Nos obsesiona el detalle porque sabemos que es en lo pequeño donde se encuentra lo extraordinario. Al igual que Apple, que no revoluciona con grandes gestos, sino con un enfoque meticuloso en cada botón y cada interacción, nosotros aplicamos esta misma obsesión a cada experiencia, itinerario o narración que creamos.
Superar el 90%: una invitación a la distinción
Cuando afirmamos que el 90% es mediocridad, no es para desanimar ni ofender, sino para iluminar un camino: si queremos destacar en el 10% que verdaderamente brilla, debemos comprometernos con la excelencia.
Esto no significa ignorar lo que ya sabemos, sino ser capaces de desaprender para innovar, como Tesla hizo al cuestionar las “reglas no escritas” de la industria automotriz. La excelencia requiere valentía para imaginar lo inimaginable y acción para convertirlo en realidad.
En el turismo responsable, esto implica romper con el molde del turismo masivo y apostar por experiencias que conecten profundamente con los viajeros y los territorios. No es un camino fácil, pero sí es el único que conduce a la verdadera distinción.
La excelencia no es un acto, es un hábito
Como dijo Aristóteles: «La excelencia no es un acto, sino un hábito. Somos lo que hacemos repetidamente.»
Cada día, en Colmenero&Co elegimos emprender esta travesía de la excelencia, sabiendo que es allí donde reside la verdadera diferencia, aunque parezca utópica, siempre hemos creído que la utopía nos hace avanzar, si no ¿de qué otra forma la humanidad hubiera alcanzado la luna?
💬 ¿Qué decisiones tomas hoy para destacar? Comparte tus ideas en los comentarios y sigamos impulsando juntos la excelencia en nuestras empresas.
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«Out of the Box»: Innovación Abierta para Soluciones Transformadoras
Este artículo ha sido inspirado por la lectura de la Newsletter de «La Bombilla», de la incubadora Despegue.